De todos los errores, el mas costoso es el no creer en uno mismo. Cuando no crees en ti mismo existe una desconexión grande con el centro de tu ser, lo que viene siendo el lugar donde se encuentra toda tu verdad.
Si por algo sufrí fue por no haber creído en mi misma lo suficiente como para hablar cuando debí hacerlo, para marcharme cuando ya no tenía cabida en algún lugar y para exigir cuando lo que recibía eran migajas. Ese ha sido el error que mas caro me ha salido, pero el que mas enseñanza me ha dejado.
Ahora que creo en mi es porque se quien soy, hacia donde me dirijo y de lo que soy capaz. Lo que alguna vez me atemorizaba ya no lo hace, y cuando el mundo exterior se vuelve agobiante yo simplemente vuelvo al único lugar que es realmente mi hogar, el centro de mi ser.
El no creer en mi me secó a punta de lágrimas, pero ninguna en vano, puesto que cada lágrima derramada traía consigo un mensaje para mi, uno que me acercó a mi verdad. Es por eso que digo que valió la pena todo lo que costó, porque hoy creo en mi.
Cuando crees en ti internamente sabes que tienes el poder de hacer lo que te corresponde, y como crees en ti lo haces. Creer en ti es actuar en armonía con tu ser.
Por eso, mi intención no es que creas en mi, es meramente que creas en ti. Mi intención es que veas tu propia luz y te ilumines el camino con ella, yo sólo te muestro mi luz para que recuerdes que tienes la tuya propia.
Cree en ti.